Me tomo unos minutos para escribirte a ti que no estas
enfermo.
Porque cuando emprendas este viaje que es vivir la vida,
pide que el camino sea largo y rico en experiencias por qué es lo único que te
quedara. Yo al menos en este viaje hubiese querido nunca transitar por algunas estaciones.
El primer gran schok emocional, es cuando se nos dice la palabra maldita:
tienes una enfermedad crónica terminal.
Cuando esto pasa solo queda nuestras palabras y nuestros
silencios, disipamos dudas, temores, confidencias que ayudan a espantar los
miedos. Nuestras miradas lo dicen todo, porque hemos aprendido a hablar con el
corazón y a centrarnos en lo esencial, en lo que realmente importa, encontremos
esa paz, esa tranquilidad, ese amor y hasta ese toque necesario de diversión y
siempre, siempre con esa sonrisa y ese espíritu positivo y luchador al menos
yo “no tengo fuerzas para rendirme”,
pues todas estan en mirar hacia adelante y apostar por el “SÍ SE PUEDE”
GRACIAS, Y MIL VECES
GRACIAS, POR REGALARME LO MEJOR DE USTEDES.
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