Evidentemente hay características que nos definen como persona, pero si sabemos que hay algo que hacemos a diario que hace daño a otros, debería estar en nosotros el querer cambiarlo. No basta con ponernos en posición de chiquillo de brazos cruzados y adoptar la actitud de que no nos importa nada más y no vamos a hacer nada al respecto porque no queremos.
Eso además sería inmadurez. A medida que crecemos o pasan los años, se supone que debemos evolucionar, enriquecernos como personas. Y honestamente, decir esa frase, puede que te justifique en tu mente, pero no te absuelve de culpas.
Hay otras frases como: “Ay, no me di cuenta” o “ya está hecho, " disculpa si soy parca", "no puedo hacer nada al respecto”. Cuando es de verdad la inocencia del caso, no importa; pero cuando es una posición o excusa para no cargar con las consecuencias de lo que hicimos, no es solo terquedad lo que demuestra. Es egoísmo. Es un “no me importa” en letras mayúsculas.
Tenemos que fijarnos cuántas veces al mes, a la semana, al día o a la hora usamos frases como esas. Siempre es bueno un auto examen que revise nuestros corazones y nos deje darnos cuenta de cuándo estamos usando esas excusas casi infantiles, Vale la pena. Hace mucho bien. Vas a crecer espiritualmente, vas a ser mejor ser humano.
MAU
No hay comentarios:
Publicar un comentario