No serás recordado por los lugares exóticos que visitaste, por las fotos que te tomaste en Qatar, Londres o París, o por las vacaciones en las magníficas playas de Maldonado en Uruguay. La gente recordará de ti lo que les enseñaste, lo que aportaste en su vida para crecer, las risas que compartiste, las lágrimas que enjugaste y las palabras de aliento que ofreciste en momentos de necesidad.
Muchos tienen un iPhone de última generación, pero tienen cero contacto con sus padres. Tienen una casa lujosa, pero jamás tienen un hogar donde se sientan amados y aceptados. Esto es lo que sucede cuando se prioriza la acumulación de bienes materiales sobre las relaciones humanas y la conexión emocional.
Vivir en un mundo superficial nos aleja de lo esencial y tiene un costo alto en nuestra salud mental. Es hora de reevaluar nuestras prioridades y enfocarnos en lo que realmente importa: crear recuerdos, construir relaciones significativas y dejar un legado positivo en el mundo. Solo entonces podremos encontrar la verdadera paz mental y la felicidad que tanto anhelamos.
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